Hace unos años que se implantó en el instituto de Brenes las supuestas clases bilingües. La metodología era clara, separar a alumnos para que se les ofreciesen horas de las asignaturas impartidas en el centro en nuestro idioma y en inglés. Los inicios están siendo duros. Poca cualificación del profesorado en idiomas, escasos intérpretes o diferentes niveles de los colegios del pueblo son algunos de los saltos que han tenido que lidiar en el Jacarandá.
Para que entendáis mejor el post que estoy escribiendo os aconsejo que os vayáis antes a la entrevista que le realicé a Francisco de la Puente, uno de los profesores con mejor currículum en nuestro pueblo. Decía lo siguiente:
“El instituto ha evolucionado sobre todo en determinados programas. El programa bilingües, intercambios con otros centros, en ese aspecto si ha evolucionado bastante. Además de forma positiva. En los alumnos también se ha notado, sobre todo en esos grupos bilingües, se está notando esa mejora en la educación. El plan bilingüe es bueno, se corre el peligro de que los alumnos se crean una élite, cosa que no es tal. La elección se realiza a través de un sorteo. Cuando yo he dado clases en el plan bilingüe lo primero que le he inculcado ha sido un poquito de humildad. Tienen una oportunidad y por lo tanto hay que exigirles más por ella, porque otros no han tenido.”
Podemos sacar numerosas interpretaciones de lo leído. La primera y evidente es que sí hay diferentes exigencias entre el alumnado del centro. Los mismos profesores son los que exigen más a aquellos alumnos que se encuentran dentro del programa bilingüe a pesar de que el acceso a dichos planes sea por sorteo.
Si a un alumno constantemente se le dice que tienen que esforzarme más que los demás y los resultados llegan, se ha creado involuntariamente esa élite. Ese alumno le dirá a su compañero que no tuvo la suerte de caer en el bilingüe que su nivel es más avanzado. Cosa que podría ser cierta.
La cuestión es la siguiente: dentro del I.E.S. Jacarandá se están encontrando con un problema a posteriori que no preveían, la llamada élite del instituto. Ahora los alumnos van de “sobrados”, permítanme la expresión, y eso a los profesores le disgusta. Los mismos que le pedían a los niños mayor exigencia porque estaban teniendo una oportunidad única ahora cambian el discurso y les piden humildad diciéndoles que son iguales que los demás.
A pesar de todo lo dicho, estos efectos colaterales de un programa en Brenes que pretende asumir cotas altas me parecen del todo asumibles. Tenemos que avanzar en la educación en nuestro pueblo y si para ello hay que innovar, bienvenido sea todo cambio. El problema fundamental de la educación en Brenes reside en la descoordinación entre los colegios y el instituto pero sobre ello escribiremos más adelante.
Entrevista a Francisco de la Puente, profesor del I.E.S. Jacarandá
